domingo, 2 de mayo de 2010

Sum Ergo Cogito

Existo, luego pienso; tres palabras que me definen.
Cada persona en este inmenso planeta llamado Tierra es diferente una a la otra; una puede ser más o menos parecida, pero la impronta que dejamos en la mente y memoria de los demás es lo que nos define.
Yo, por mi parte, suelo ser un consejero (y uno bueno por cierto). Soy una persona que siente la necesidad de solucionar los problemas ajenos para tener ese tranquilidad que todos buscamos.
Me gustan muchas cosas, y detesto muchas otras cosas más.
Lo bueno es que esas pocas cosas que me gustan, pesan mucho más que las cosas que detesto.
Simples cosas que te hacen bien, cosas de todos los días, cosas del ser humano.
Siempre me vi a mí mismo como una persona que no piensa lo que hace, sino que hace lo que siente, impulsiva si se quiere. El problema es que me he visto siempre envuelto en nuevas (y no tan nuevas) marañas de problemas causados por mi impulsividad.
A lo largo del correr de los días y semanas, les iré contando tanto cosas que me pasaron meses u años atrás, como al mismo tiempo les comentaré sentimientos y eventos que hayan sucedido en el día.
Me faltan horas de sueño...

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