martes, 6 de julio de 2010

Reyes de la nada

Maldigo el día en que la casualidad y la causalidad se juntaron para que te conociese.
Maldigo el día en que nos conocimos.
Maldigo mi memoria por recordarte cada día un poco más.
Maldigo mi corazón por no querer soltarte sin haberte tenido jamás.
Maldigo mis ojos, que te vieron e imprimieron una fiel imagen tuya en mi mente.

Maldigo los silencios por ser silencios, y al ruido por no ser silencio.

Encuentro simpática la idea de verte, sentir que me están apaleando por dentro y no poder decir nada.
Encuentro antipática la idea de no saber que pensás.
Encuentro la situación perfecta para reaccionar, y mi reacción encuentra el momento perfecto para NO reaccionar.

MALDITA OPORTUNISTA.

¿Qué tan difícil puede ser decirlo?

-Hola, me gustás.-

Alejandro Magno, Aníbal, el Rey Filipo de Macedonia, Napoleón Bonaparte, todos ellos muy valientes.

Pero ¿de qué valen territorios conquistados, batallas y guerras ganadas, el honor y el respeto, si a fin de cuentas nuestra valentía yace en las pequeñas cosas que uno hace día a día?

Esos hombres, esos líderes indescriptibles por su grandeza y poder, fueron hombres que lucharon codo a codo con sus compatriotas por defender o expandir su reino, pero nunca fueron capaces de tener la valentía de declarar el profundo amor que tenían por diferentes personas.

Siempre rodeados de sirvientes y amigos, pero nunca de alguien a quien realmente amasen.
Esos hombres, esos reyes, esos conquistadores, lo tenían todo.

Todo, excepto el amor.

3 comentarios:

  1. Pensar que hay mujeres que darían sus vidas por el amor que le tienen a esos hombres de grandeza..
    Y ellos nunca se van a enterar. Nunca lo van a notar. Quizás, no sabría decirlo, pero quizás ni siquiera puedan valorarlo, porque ellos quieren otra cosa, no se dan cuenta de lo que tanto les falta.
    Me gustó tu espacio ale.

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  2. Napoleón le demostró su amor a Josefina de la manera más hermosa existente, igual me gustó lo que escribiste.

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  3. Al igual que Alejandro Magno a Roxana, pero aún así estos hombre amaban más a su imperio que a sus mujeres.
    Y gracias por el cumplido!

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